Las pantallas están por todos lados... ¿Cómo pueden manejarlas los padres?

Las pantallas son inevitables. Ya sea en una televisión, teléfono móvil o computadora, están por todos lados.

Puede resultarle difícil limitar su propio uso, y mucho más el de sus hijos. Aunque Internet y los dispositivos digitales pueden ofrecer grandes beneficios para el aprendizaje, la creatividad y la conexión social, el uso excesivo de pantallas se ha asociado a dificultades en las funciones ejecutivas, problemas académicos, obesidad, trastornos del sueño y condiciones de salud mental en niños.

Equilibrar el tiempo frente a las pantallas es un desafío, especialmente cuando limitarlo puede hacer que sus hijos se sientan excluidos socialmente. Muchos padres enfrentan presiones —de sus hijos, de otras familias e incluso de las normas sociales— para encontrar el “equilibrio perfecto”. Pero con límites claros y un uso consciente, las pantallas no tienen por qué ser una fuente de estrés.

La clave no está en eliminar las pantallas por completo, sino en fomentar una relación saludable con ellas. Comprender las pautas y las señales de advertencia del uso excesivo puede ayudarle a tomar decisiones informadas que funcionen para su familia.