Qué son los macronutrientes y por qué los necesitamos
Los macronutrientes incluyen proteínas, carbohidratos y grasas. Son de mayor tamaño que los micronutrientes y el sistema digestivo debe descomponerlos en trozos más pequeños para su absorción en el torrente sanguíneo.
Para mantener las funciones diarias del organismo, es importante consumir una cantidad suficiente de cada macronutriente. Abajo, detallamos cada uno de los macronutrientes clave (carbohidratos, proteínas y grasas) y su importancia en el organismo.
Carbohidratos
Los carbohidratos son la fuente de energía principal del organismo. Consisten de varias moléculas de glucosa que las células del organismo pueden utilizar para producir ATP (energía). Los carbohidratos simples se encuentran en alimentos como el azúcar, la miel y las frutas. Aportan una fuente rápida de energía, pero carecen de nutrientes esenciales.
Los carbohidratos complejos se encuentran en alimentos como los cereales integrales, las verduras y las legumbres. Estos carbohidratos aportan energía sostenida y son ricos en vitaminas, minerales y fibra.
Proteínas
Las proteínas consisten de aminoácidos, que son los componentes básicos de los tejidos corporales, las enzimas y las hormonas. Las proteínas son esenciales para el crecimiento y la reparación de los tejidos, para mantener la masa muscular, apoyar el sistema inmunitario y producir enzimas y hormonas.
Suelen encontrarse proteínas completas en alimentos de origen animal como la carne, el pescado, los huevos y los lácteos. Contienen todos los aminoácidos esenciales que el organismo necesita. Las proteínas incompletas se encuentran en alimentos vegetales como las legumbres, los frutos secos y los cereales. Carecen de uno o más aminoácidos esenciales, pero se pueden combinar para formar proteínas completas.
Grasas
Las grasas, también conocidas como lípidos, son una fuente concentrada de energía para el organismo. Las grasas tienen una función esencial en la estructura celular, la función cerebral, la producción de hormonas y la absorción de vitaminas liposolubles (A, D, E y K). Asimismo, aportan almacenamiento de energía a largo plazo y protegen los órganos al funcionar como amortiguadores.
Pueden dividirse en varias categorías, tales como:
Grasas saturadas: se encuentran en los productos animales y en ciertos aceites vegetales. Estas grasas son sólidas a temperatura ambiente y deben consumirse con moderación.
Grasas insaturadas: se encuentran en aceites vegetales, frutos secos, semillas y pescados grasos. Las grasas insaturadas son líquidas a temperatura ambiente y se considera que son saludables para el corazón.
Grasas trans: se crean artificialmente mediante la hidrogenación. Estas grasas se encuentran en varios alimentos procesados y fritos y deben evitarse lo más posible.