Consejos para correr y prevenir lesiones

Consejos para correr y prevenir lesiones

Correr es una excelente manera de mantenerse en forma y saludable, pero también puede suponer un gran esfuerzo para el cuerpo que puede aumentar el riesgo de sufrir lesiones. Por suerte, puedes tomar ciertas medidas para reducir el riesgo de sufrir una lesión durante tus sesiones de correr.

Calentamiento y enfriamiento

Antes de correr, es bueno hacer un calentamiento para aumentar el flujo sanguíneo y preparar los músculos y las articulaciones para el ejercicio. Asegúrate de realizar estiramientos dinámicos (y no estáticos) antes de correr para reducir el riesgo de distensión muscular.

Una vez que hayas terminado de correr, camina unos minutos y sigue la sesión con estiramientos estáticos para enfriar los músculos.

Aumenta la intensidad con el tiempo

Aumenta la intensidad, duración o frecuencia de correr de forma gradual. Para prevenir el riesgo de lesiones y sobreentrenamiento, evita hacer demasiado y demasiado rápido. Lo ideal sería aumentar la distancia que corres en no más de un 10 % cada semana, suponiendo que la intensidad y la frecuencia sigan siendo iguales.

Utiliza un calzado adecuado

Invierte en unas zapatillas para correr que sean de buena calidad y que se ajusten a tus pies y te resulten cómodas. Unas buenas zapatillas para correr harán que correr sea más fácil y seguro, evitando lesiones en los pies, los tobillos o las canillas. Hay el doble de probabilidades de sufrir una segunda lesión en el plazo de un año desde la primera, por lo tanto, la prevención es fundamental.

Utiliza una forma de correr adecuada

Mantén una forma de correr adecuada en todo momento para asegurarte de que tu cuerpo está alineado correctamente y de que no ejerces demasiada tensión en partes equivocadas del cuerpo. No debes girar los pies ni hacia dentro ni hacia fuera, debes mantener los ojos hacia delante, el cuello debe estar neutro y los brazos deben moverse a los lados de forma natural.

Tal vez debas modificar tu forma de correr en función del tipo de terreno por el que corras. Procura utilizar superficies más blandas (al menos al principio), como senderos o hierba, en lugar de cemento o pavimento, ya que este tipo de terreno puede ser más suave para las articulaciones.