Sabemos que hacer ejercicio es bueno para nosotros. Entonces, ¿por qué a veces dejamos de hacerlo? Es posible que esto se deba a unas expectativas poco realistas, a la falta de motivación, a esfuerzos excesivos, a la planificación inadecuada o a seguir un régimen de entrenamiento ineficaz. Vamos a analizar